martes, 25 de enero de 2011

El funeral y la captura del pato.

Los cuatro chicos estaban reunidos en el patio trasero, estaban al rededor de una vieja caja de zapatos, en la cual yacía el cuerpo casi consumido del pequeño puercospín. George abrazaba a Ringo, Paul veía fijamente la caja mientras recordaba como había pasado eso y John trataba de ahogar su risa. Aunque George, Paul y John no le daban importancia a todo eso, solo estaban ahí por Ringo.
-No se si sea mi nariz o la tristeza, pero no puedo hablar... ¿a alguien le importaría dar unas palabras?.- dijo Ringo mientras George le frotaba los brazos en manera de consuelo. Todos se miraron entre sí, George y John señalaban a Paul con la cabeza; a Paul no le quedó de otra mas que aceptarlo.
-Amm... bueno, pues Espinitas... él... fue el mejor animal cubierto de espinas que pudimos haber tenido, extrañare que muerda mi ropa interior, eso si que era noble, nunca le importo el olor. También la vez que le lleno de espinas el trasero de George y creo que gracias a él Ringo tiene la nariz un poco mas pequeña debido a los pinchazos... eso es todo.- dijo con voz queda pero apresurada.
-Te extrañare nuestra pequeña mierdita.- dijo John viendo la caja.
-Amén.- dijo George como señalamiento de que todo acabara.
-Mi vida sin ti será como una cerveza caliente.- dijo Ringo cubriendo la caja de tierra.
Todos entraron a la casa, casa uno pensaba como reanimar a Ringo, en sus cabezas pasaban un montón de ideas sobre cosas que podrían hacer ese día.
-¡¡¡Vamos narizón!!! de todos modos no era tan adorable que te picaran la cola cada vez que te sentaras.- dijo John rodeándolo con un brazo fuertemente.
-Hay que dar la vuelta.- propuso Paul.
-Ok.- contestó John.
-Esta bien.- dijo Ringo.
-¡Amén!.- grito George guardando billetes de Monopoly en su cinturón.
-¡Deja de decir "amén".- gritó John.
-¡Nunca! ¡AMEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEN!.-
-Ojala que muera el señor Monopoly.- dijo John secamente.
-Amén... ah no... ¡pepinos asados! el señor Monopoly nunca morirá.- exclamó George.
-Claro que no cara de moco, ¡el es un personaje de juegos de mesa!.- dijo Ringo.
-¿Sabes? Cuando me hablas de esa manera hieres mi corazón... ¡golpeame, pero no me hieras con tus palabras!.- dijo George de manera dramáticamente femenina.
-Es que tengo que jalarte las trenzas, por que sino luego te descarrilas.- dijo Ringo bromeando, lo cual era una buena señal.
-Entonces jala las trenzas para la salida.- dijo Paul mientras abría la puerta.
Todos tomaron un saco y salieron sin saber a dónde ir, era probable que se pararan en el primer lugar que les llamara la atención o sino se detendrían en cualquier lugar para ser cualquier estupidez.
-¿Que hacemos? que no tenga que ver con golpear a chicos gordos ni matar puercospines, por favor.- dijo Ringo.
-Lo del chico gordo fue tu culpa, lo del puercospín fue culpa de...- dijo John pero Paul lo corto.
-Pero fue culpa de la madre naturaleza, es una barbara, eso me lo han dicho, engaña a su esposo.-
-Oh no.- dijo George.
-Si, le di unos consejos para que no le pasara lo mismo que a mi, desde que me divorcié de la Reina no he vuelto a ser el mismo.- dijo Paul.
-Y ya no lo invita a tomar el té.- terció John.
Llegaron a un pequeño lago, se sentaron en la mera esquina, ignoraban el frío y el hecho de que el cielo comenzaba a tornarse oscuro. Se sentaron en silencio, lo cual comenzaba a aburrirlos.
John sacó del cinturón de George (a escondidas) los billetes del Monopoly, pero George giró su cabeza casi automáticamente y tomó con fuerza el brazo de John, pero él de alguna manera logro zafarse, estiró el brazo de manera que el lago quedaba debajo de él. George solo habría los ojos de una manera frenética.
-¡NOOOOOOOO! ¡No lo hagas!.- gritó George en manera de súplica.
-Jajaja. Nada me detiene para hacerlo.-
- La fuerza de mi amor lo hara.- dijo George.
Todos relajaron la postura y miraron con rudeza a George.
-Eso es lo mas nena que te he escuchado decir, y Aquaman sabe que han sido muchas.- exclamó Paul.
-¡Ayúdanos Aquaman!.- gritó Ringo.
-¡Amén!.- gritó George.
John empujó a George al lago, pero George lo tomó del brazo, de manera que los dos cayeron; Paul y Ringo se partían de la risa, Ringo empujó a Paul y el solo se lanzó al agua. El lago parecía hielo derretido, pero de todos modos lo cuatro jugueteaban.
-¡Un pato!.- gritó Paul.
-Si, un pato.- dijo John secamente.
-No, es que siempre he querido un pato.- dijo Paul.
-Pues tenlo.- dijo Ringo.
Paul se quito los pantalones y los lanzó sobre el pato, al parecer quería usarlos como una red, pero el pato tuvo buenos reflejos y nadó antes de ser capturado.
-¡TODOS TOMEN A ESE PATO!.- gritó Paul.
Todos nadaban detrás del pato, John agarró algo, pero lo soltó rápidamente al darse cuenta de que alguna extraña manera le había quitado los calzoncillos a Ringo.
-Siento unas áreas de mi cuerpo un poco mas congeladas.- dijo Ringo con tranquilidad mientras observaba como Paul y George trataban de atrapar al pato.
-Toca esa área de tu cuerpo, la que sientes mas fría.- dijo John con cara burlesca.
Ringo lo hizo así, sus ojos se abrieron repentinamente.
-¿John?.- dijo Ringo asustado.
-Dime, pequeño Ringo.-
-No tengo mis calzones.-
-Lo se, ahora sal al mundo y muestra lo que Dios te ha dado.- dijo John riéndose.  
-Dame mis calzoncillos, te juro por mi nariz que ya se me congeló todo.-
-Jajaja, era solo una bromita.- dijo John y le lanzó la ropa interior a la cara.
-No volverán a ser los mismos.-
-Demasiada información Starkey.-
A lo lejos se escuchaba como chapoteaba el agua, se veía como Paul y George hacían movimientos de triunfo, Paul tenía un pequeño bulto enredado en los pantalones.
-¡Lo tenemos! ¡Al fin tendré un pato!.- dijo Paul demasiado alegre.
Ringo y John nadaron hacía ellos. Se rieron al ver que Paul y Geroge tenían rasguños y mordidas en las caras.
-Jajajaja ¿un pato les hizo eso?.-
-Un pato muy grande.- dijo George.
-Bueno, eso no es tan vergonzoso como lo que le pasó a Ringo, a él se le congelaron...- John dejó la frase inconclusa, pues era mas que obvio lo que quería decir.
-Bueno, hay que irnos.-
Salieron del lago, congelándose y temblando, pero Paul iba sin pantalones, ya que ahí llevaba el pato. Algunas chicas que andaban por ahí se le quedaban viendo, incluso un chico lo veía de manera sospechosa.
-Wow, no sabía que mi belleza atravesaba barreras de preferencias sexuales, soy demasiado lindo para mi propio bien.- dijo Paul en tono de broma.
-Pues ya has atravesado la barrera de mi corazón.- dijo John.
-Jajajaa.- rió Ringo.


Sé que pasé mucho tiempo sin subir un nuevo cap. pero es que he estado ocupada desde año pasado, pues fui a un campamento, Navidad, Año Nuevo, psss un chorro de cosas que estaban del uno! (es que también veía la rosa de Guadalupe). Ojala les guste este cap. lo escribí en dos días. Bendiciones.
P.d: Menciono mucho el Monopoly por que era el juergo favorito de George.